El té verde originario de la China se consume desde hace más de 5 mil años según datos arqueológicos.
Con la caída de la dinastía Ming esta bebida saludable se popularizó.
Hasta 1673 llegó a Inglaterra, dos siglos después los ingleses lo plantaron en la India e iniciaron su comercialización al resto del mundo.
La forma de servirlo es muy importante, el agua debe estar caliente pero no hirviendo para que su sabor no sea amargo, también es muy importante almacenarlo en un sitio fresco.
Caja de madera pintada a mano ideal para almacenar tus bolsas de té. Disponible en la tienda de tatbla.com
Por contener antioxidantes es útil previniendo enfermedades crónicas. Investigaciones recientes en Canadá han evidenciado la relación del consumo del té verde con la prevención de algunos tipos de cáncer como el de pulmón y estómago.
El consumo frecuente de esta bebida puede prevenir problemas cardíacos, porque su contenido de antioxidantes regula los niveles de colesterol malo en la sangre.
Una taza de té verde al día ayuda al buen funcionamiento del hígado, el órgano responsable de filtrar las toxinas que se acumulan en el torrente sanguíneo.
Tiene un sutil efecto laxante así que las personas que lo consumen nunca sufrirán de estreñimiento. Previene la diabetes y ayuda a controlarla si ya se padece. Previene el mal aliento y evita infecciones bucales. Aunque cabe anotar que es preferible lavarse los dientes después de tomarlo porque tiende a poner los dientes amarillos.
Es un gran aliado para el sistema inmunológico y es un acelerador del metabolismo, se ha comprobado que consumirlo puede ayudar a una persona a bajar de peso considerablemente en tres meses.
¿Qué esperas para tomarlo?
Bandeja de inspiración oriental, ideal para servir el té, disponible en la tienda de tatbla.com