Existen formas de limpiar muy bien sin químicos nocivos, siendo responsables con el medio ambiente.
Cualquier desengrasaste que luce muy inocente gracias a su bella etiqueta puede resultar ser una amenaza para tu salud y para el planeta. La casa puede lucir radiante si se recurre a otras formas de limpieza.
El vinagre, el limón y el bicarbonato de sodio puede ser tus nuevos aliados a la hora de acabar con la suciedad.
Prepara tu propio limpiador así:
Mezcla un frasco mediano de alcohol etílico, la mitad de esa medida de vinagre blanco y 5 mililitro de una esencia con el olor que más prefieras, te recomendamos la de menta.
Para lavar los platos disuelve una barra de jabón blanco con la ayuda de un rallador, una taza de vinagre blanco y 2 litros de agua.
Aunque suene poco creíble si quieres dejar tus alfombras como nuevas funciona muy bien la mezcla de una taza de vinagre blanco con dos tazas de agua. Refriega con un cepillo y luego pasa una toalla seca. Quedarán como nuevas.
Si tienes una mancha difícil de quitar cúbrela con un poco de sal marina y luego humedece un jabón blanco, frota muy bien la tela y luego pasa un trapo húmedo.
Para la limpieza de las ventana simplemente mezcla vinagre y agua en parte iguales y limpia con un papel periódico. Lucirán brillantes.
Para destapar el drenaje puedes usar vinagre con bicarbonato de sodio en partes iguales.
Para limpiar objetos de plata puedes preparar una pasta con bicarbonato de sodio y el zumo de un limón.
Para la grasa demasiado pegada de algunos utensilios de cocina o superficies como el horno puedes pasar un paño humedecido con limón y vinagre.
El cuidado del medio ambiente empieza con uno.