La artista gráfica barranquillera Vivian Saad se ha convertido en todo un referente en el tema patrimonial, desde que en 2006 se atrevió a soñar en espectaculares colores el abandonado Centro Histórico de Barranquilla.
Vivian junto a Miel, una de sus gatas amadas. Archivo Particular
Sus fotografías gigantes se tomaron muchos espacios y lograron voltear la mirada a un rico legado arquitectónico, donde confluyen el estilo republicano, art déco y moderno, que sigue en el olvido preso en calles sucias, malolientes donde se comercia lo legal e ilegal, pero inmortalizado en las páginas de sus libros.
Mientras que los centros de las grandes ciudades son los metros cuadrados más codiciados, los que cuentan la historia, los objetos de deseo turístico, en Barranquilla sucede todo lo contrario, es sinónimo de inseguridad, insalubridad y de dinámicas comerciales desordenadas.
Meterse en las páginas de El Centro de mis sueños y Balcones del Centro Histórico es soñar con la mirada de Vivian en un espacio donde se respete la riqueza patrimonial y donde no se pisotee la memoria de una ciudad cosmopolita.
Vivian es una mujer descomplicada extrovertida y de una sensibilidad grandísima, de lágrima fácil si ve a un animal abandonado o maltratado en la calle. Su creatividad ha permitido que el “Centro de mis sueños”, su obra y proyecto de vida se reinvente con la misma fuerza de hace unos años, mostrando siempre un toque innovador. Este año brillaron sus fotografías en novedosas polleras que lució la reina del Carnaval de Barranquilla y su comitiva.
Carmen Vasquez, la actual ministra de Cultura se bajó del palco a mirar las fotos de Vivian en las polleras de la comitiva de la reina del Carnaval de Barranquilla, Carolina Segebre. Archivo Particular.
¿Cómo defines a los barranquilleros?
Los Barranquilleros seguimos siendo una ciudad libre con demasiada "bacanidad”, muy manejable por su falta de identidad y cultura ciudadana. Somos valientes y aguantadores y ahí esta el pecado.
¿Qué amas de Barranquilla?
La risa de su gente, su cielo azul, la brisa de diciembre, el estallido de colores en la Vía 40 antes de arrancar la Batalla de Flores en Carnaval, pero mas que nada esa bella arquitectura y su variedad.
¿Qué odias de Barranquilla?
La banalidad
¿Qué recuerdos tienes de Barranquilla en tu infancia?
Una casa del Prado inmensa, con jardines, una cuadra llena de pelaos con bicicletas, patines y nuestros perros .
Fotografía de La Metro.com
¿Consideras que la ciudad es mejor ahora que en el pasado?
La ciudad era mejor en el pasado, las terrazas, la tranquilidad y la gran simpatía de su gente. Su movilidad es caótica, nos hemos vuelto agresivos por falta de cultura ciudadana.
Para mi ya no es el mejor vividero del mundo.
¿Qué opinas del desarrollo urbanístico que ha tomado Barranquilla al norte?
El desarrollo urbanístico del norte no tiene identidad, edificios moles de cemento y vidrio, que no guardan paralelo con la arquitectura Caribe, me impresiona la cantidad de letreros de venta.
Reprodujeron un Miami en el subdesarrollo colombiano, además con palmeras que remplazaron los bellos robles.
¿Qué te motivó a dedicar gran parte de tu trayectoria artística en el patrimonio?
Nací y viví en una bella casona del Prado de altos techos con amplias ventanas y grandes jardines donde el calor en su interior no se sentía.
Los recuerdos y las historias que esas bellas edificaciones guardan, las convierten en testigos mudos de el trascurrir de una ciudad. Sencillamente, decidí sacarlas del olvido creando sentimientos de nostalgia y pertenencia.
¿Por qué crees que la ciudad le dio la espalda al Centro y toda su riqueza arquitectónica?
Barranquilla le da a espalda a su Centro Histórico por que no tiene conciencia patrimonial, las escuelas de arquitectura locales educaron arquitectos para edificios modernos, para tumbar lo viejo y no restaurar.
En una palabra el modernismo mal empleado es el peor enemigo de una riqueza arquitectónica.
¿Cuando tomabas las fotos de todas esas joyas en completo abandono qué sentías?
Cuando tomo fotos de el Centro me invade la impotencia. Cada vez se deterioran más los inmuebles y siguen ahí desafiando el abandono .
Fotografía de El Tiempo.
Durante la producción probablemente tuviste contacto con los propietarios de los inmuebles. ¿Qué visión tienen ellos sobre la riqueza que en parte dejan perder por falta de mantenimiento?
Los propietarios de estos inmuebles del Centro arriendan solo los primeros pisos .
Algunos han restaurado, pero no han podido arrendar. Es muy difícil mantener estas edificaciones .
Ojalá el gobierno pusiera sus oficinas en ellos.
¿Qué anécdotas memorables tienes de la producción fotográfica en todos esos edificios que no todo el mundo sería capaz de visitar por encontrarse en zonas que consideran peligrosas?
Unas majestuosas escaleras de mármol italiano sirven de apoyo a esas señoras de la alegre o triste vida.
La imponente mampostería que acompaña la miseria de las personas que sigilosamente habitan los segundos pisos de estas casonas .
Lo mejor los amigos que conseguí que caminaban con un palo en la mano a mi lado para que no me robaran la cámara.
Si estuviera en tus manos restaurar el Centro Histórico de Barranquilla, mas allá de los colores y la belleza reflejada en tu obra, ¿Cómo lo imaginarías y qué uso le darías?
Restaurar el Centro Histórico sería el verdadero desarrollo de Barranquilla.
Las ciudades que restauran sus centros históricos tienen futuros más reales. Ojalá volvieran los hoteles, los restaurantes.
Sueño que nuestras diseñadoras tengan sus boutiques allí, que los artistas pudiéramos tener nuestros talleres en la Plaza de San Nicolás.
¿Será que son muy locos mis sueños?
Que la gente vuelva a vivir en el centro, que sea un gran atractivo turístico para nuestra ciudad.
Varias veces me han pedido que haga visitas guiadas de personas de afuera y quedan sorprendidos por la variedad arquitectónica a pesar de las ruinas. Pero son sólo SUEÑOS.
De lo que no está perdido, ¿Cuáles consideras los más bellos íconos arquitectónicos?
El edificio Faillace
Los frescos de la Cúpula de la Iglesia de San Nicolás
Interior de la iglesia San Jose
Antiguo edificio de la Panamerican
La mansión Alzamora
Fotografía de El Heraldo.
¿Crees que toda tu obra fotográfica le ha servido a la ciudadanía para despertar interés en el patrimonio?
A veces siento que lo que he hecho no ha servido para nada. La gente me dice que no desfallezca pero mi disfraz de Quijote me esta quedando grande.
¿Tienes esperanzas de que las nuevas generaciones empiecen a valorar un poco su pasado y le exijan a la clase dirigente una inversión ambiciosa para recuperar los espacios patrimoniales?
Las esperanzas las pierdo cuando camino por Bellavista y veo que tumban las casas en la noche y nadie dice nada o cuando subo por la 45 para la Catedral y veo que tumbaron las dos casas hermosas frente a la Plaza de la Paz y veo los letreros inmensos anunciando torres de edificios.
Renace cuando recibo llamadas de jóvenes universitarios que quieren saber de mi proyecto.
Siento que tenemos que esforzarnos en que las nuevas generaciones de barranquilleros entiendan su cultura, que tengan sentido de pertenencia hacia su ciudad y de pronto así mis sueños se hagan realidad.