El primer paso que hay que dar hacia una vida sostenible es conocer el tamaño de tu huella para saber qué solución le puedes dar al planeta para no ir hacia el desastre desde tu cotidianidad.
Primero identifica el impacto que le generas al ambiente con tu existencia aquí una herramienta que te ayudará a cuantificarlo. Mide tu huella ecológica aquí.
Estamos inundando nuestro planeta de basura y esto no puede continuar porque nuestra salud y nuestra calidad de vida es la principal perjudicada.
Pequeñas acciones hacen grandes diferencias
Asocia el plástico con la basura, recuerda toda la cantidad que se deposita en el océano matando a hermosos animales. Piensa en el tiempo que tardas en consumir el agua envasada en plástico, puedes reemplazarla con una hermosa botella que puedes usar muchas veces.
A diferencia del plástico, los envases de vidrio son más respetuosos con el medio ambiente porque son reciclables al 100% y el proceso se puede repetir muchas veces a bajo costo, es un material químicamente inerte que no contamina.
Más ejercicio y transporte público y menos automóvil
Estamos asfixiados por el CO2 principal causante del aumento de la temperatura de la tierra y el efecto invernadero. Camina si requieres recorrer distancias cortas y si es imprescindible el uso de un automóvil no viajes solo, compártelo.
Cuida cada gota de agua
Cada vez que te bañes o laves los platos recuerda la escasez de agua que viven muchas poblaciones alrededor del planeta piensa que la agonía de no tener agua puede tocarte a ti.
No desperdicies el agua bañándote en la tina o largo tiempo bajo la ducha, no botes el agua cuando te cepillas los dientes. Detecta fugas de agua y corrígelas lo más pronto posible.
¿Qué comes?
Cada plato que sirves en tu mesa tiene un alto costo, los de producción, distribución y empaque. Lo ideal es preferir alimentos locales y orgánicos, tanto para tu salud como para el cuidado del planeta. Adiós a los alimentos procesados. Si vives en una casa puedes experimentar con un huerto, además de embellecer tu entorno cuidarás de tu salud y tu dieta.
Mide tu consumo de energía
Si duermes con la televisión encendida, programa el apagado automático, limita el uso de calefacción y aire acondicionado. Cuelgala ropa al sol en vez de usar una secadora, lava a mano los platos en vez de un lavavajillas, coloca todos los bombillos ahorradores y apágalas si no las usas. Desconecta los electrodomésticos que no estén en uso, son cambios que parecen insignificantes pero se evidenciarán hasta en tu cuenta de electricidad.
No te prestes al juego macabro del desperdicio
Compra cosas de buena calidad, que tengan larga vida útil, piensa antes de comprar, analiza los materiales de las cosas, dónde han sido fabricadas y si realmente las necesitas en tu vida. Recuerda que compras cada cosa con tu tiempo, y el tiempo es un recurso no renovable.